¿Qué tan real es
la vida de los demás?
Nos hacemos una
idea errónea de lo que vemos a simple vista de las personas, estamos acostumbrados
a verlos para tomar un café, en reuniones ruidosas, en fotos de viajes o
planeando sus vacaciones, pero ¿realmente qué hay detrás?
Y nos sorprendemos
cuando conocemos detalles que nos hacen decir “que locura que esté pasando por
eso”.
El cara a cara no
significa realidad, puede que sí sinceridad, pero eso no hace que te mientan,
es más como: “hasta acá quiero que me conozcas”. Y así muchos aspectos más:
redes sociales, lo que dicen los demás e incluso lo que cada quien piensa en su
cabeza.
“Ella al menos
está acompañada”,” él no tiene tantas responsabilidades”, “no te quejes, tú no
tienes problemas reales”.
Eso pensamos y
eso hacemos pensar, porque después de todo ¿para qué quiero gritar temas
personales a los cuatro vientos?.
Dos motivos:
1.Nos sentiríamos demasiado
vulnerables
2.Los otros ya tienen sus propios enredos para ocuparse
de otro.
Queremos al otro,
lo amamos, lo consideramos nuestra familia, pero en el medio siguen habiendo
espejismos.
Es verlos a través de un vidrio y por más que estemos a su lado,
los apoyemos y los veamos bien de cerca, el vidrio sigue estando ahí. ¿Es
posible romperlo?, pareciera que sí, y de ahí salen relaciones especiales que no todos llegan a tener. Tantos familiares, como de amistad.
Es entonces como llegamos a esas odiosas comparaciones
que unos hacen de otros, como hermanos vs hermanos, amigas vs amigas, colega de
trabajo vs colega de trabajo. Son comparaciones que se hacen entorno a la idea
preconcebida del otro. Y como ya he expuesto, nadie va a transitar el mismo
camino que tú, aunque quiera acompañarte estando a tu lado, porque son senderos
distintos y los zapatos nunca serán los mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario