¿Y si no hubiera nada más para mirar?
Hace pocos días conocí el término “la hora dorada”, es el
momento del día cuando el sol colorea todo de dorado mientras se oculta. Hay
que saber identificarlo, y luego apreciarlo. Es un momento muy breve.
Tan sublime y a la vez contundente. Como cuando lees rodeado
de árboles, un instante que libera y oxigena.
El mundo va más allá de nuestras cuatro paredes mentales. ¿Estás consciente de eso?
No me refiero a salir en planes ruidosos, con decenas
de personas rodeándote. Me refiero a ver más allá, a sentirte cómodo con quien
eres, a respirar y por tres segundos sentirte pleno. Más allá de no tener todas
las respuestas.
Si aprendiéramos a disfrutar los instantes, la calma nos
sería un poco más familiar. No lo digo porque tenga la verdad, lo digo porque
también aprendo de ella.
Mira la hora mágica donde estés: http://www.golden-hour.com/