Elegiste esa opción que creí errónea pero la más probable,
una que destruyó cualquier probabilidad.
Cualquier futuro que coincidiera.
Reprochas la realidad, como si esta conspirara contra ti,
contra tus "nobles intenciones" cuando tomaste tus propias decisiones, esas que
hoy justificas bajo el escudo de que “pensabas en los demás”.
Una tristeza tras otra eran pinceladas que al final pintaron
un cuadro, tratando de decir algo: emociones desdibujadas, más tristezas, efímera
felicidad, palabras, manchas negras. Cuando se trata de colores son manchas
rudas, escandalosas, grandes, que a la fuerza quisieron imponerse pero solo
dejaron más escándalos internos en una situación que no soportaba más.
Es confuso, es… eso que atrapa y cuesta salir por más
razones y lógica que use. No comprenderás hasta que pase el tiempo. Ya verás
y con comprensible nostalgia pensarás que tuve razón.
Lleva tiempo, lleva reflexión, sobre todo cuando no se llevó a la práctica y se puso una muralla entre lo que se
sientes y lo que haces. No sé cómo lo logras.
Comprendo, siempre lo he hecho. Ahora debo comprender que no
estuvo en los planes esa posibilidad. Para ti nunca lo estuvo.
Admira tu cuadro e interpreta tus pinceladas, deduce el significado. Yo también lo veré para tratar de entender qué me dicen y
obtener una respuesta. Una que a pesar que ser dibujada por ti, aún no
entiendes.