¿Cuáles son las probabilidades de encajar con alguien cuando
lo conoces?
Siempre he tratado de adivinar cuando alguien es la persona
correcta para acompañarme por un tiempo. A veces recurro a adelantarme
mentalmente a los hechos (cosa totalmente innecesaria), además cada cabeza es
un mundo y sorprende cuando el otro cuenta qué pensaba mientras tú pensabas algo diferente... o simplemente no pensabas.
¿Una buena conversación, similitudes, o diferencias
interesantes que quieres seguir explorando? ¿Objetivos del otro, forma de ser?
No es una tarea fácil detectar a la persona adecuada para
ese momento de la vida. Admiro a quienes tienen el argumento o la convicción
para determinarlo. Otros, a veces por adelantarse a los hechos, se inclinan más
al futuro y no al presente.
Esa última frase me la dijeron hace poco, como algo para corregir: adelantarse sin
vivir el presente.
¿Asustar a la otra persona? Eso está a la orden de cualquier
palabra, pregunta o expresión. Aunque es quizás lo que causa curiosidad, y
ganas de seguir conociendo el otro sendero.
Evitar compartir el camino solo para escapar de la soledad,
muchos casos he visto así. También permanecer atado a otro por miedo a no
sentir más esas emociones.
Son pensamientos distintos en cada persona.
¿Quién eres? ¿Cómo hago para saber suficiente de ti y
convencerme? Quizás es una etapa donde no hay que converse a sí mismo, sino que
el otro te convenza. Imagino que cuando la curiosidad aparece, y quieres saber
más (sin forzar las cosas), es ahí cuando ambos caminos pueden cruzarse
realmente.
¿Qué tan bien la pasas? Pueden ser dos personas destinadas a
encontrarse, destinadas a sentir o pensar algo más. Que a pesar de las
preguntas raras, aparece de nuevo porque quiere verte, te saca una sonrisa o
simplemente, te hace sentir que quiere estar ahí.
Adelantarse, es la palabra que evito. Puede ser
contraproducente jugar a adivinar el futuro ¡Pasa muchas veces! Está ahí y
pensamos en no asustar al otro, en no decir algo imprudente ¡Qué cosas!
Con el paso del tiempo he aprendido a decir lo que siento, a
expresarlo y no darlo por hecho. A veces puede sorprender para alguien que no
esté acostumbrado. Escuchar preguntas sinceras o propuestas casuales que nada
llaman al compromiso. Solo salen espontáneamente y no significan nada más que
el sentimiento sincero de ese momento. Puede que allí llegue la sorpresa y
pensar o no si están precipitados. Eso, reconozco, a veces juega en contra.
Da curiosidad saber qué pasará en uno o dos meses “¿Estará
ahí para esta fecha? ¿Lo incluyo?”
¿Quién puede culparnos? Estamos hechos para buscar compañía,
y traemos una serie de emociones que nos invitan a intentarlo de nuevo a pesar
de los malos ratos.