domingo, 19 de mayo de 2019

Adelantarse


¿Cuáles son las probabilidades de encajar con alguien cuando lo conoces?

Siempre he tratado de adivinar cuando alguien es la persona correcta para acompañarme por un tiempo. A veces recurro a adelantarme mentalmente a los hechos (cosa totalmente innecesaria), además cada cabeza es un mundo y sorprende cuando el otro cuenta qué pensaba mientras tú pensabas algo diferente... o simplemente no pensabas.

¿Una buena conversación, similitudes, o diferencias interesantes que quieres seguir explorando? ¿Objetivos del otro, forma de ser?

No es una tarea fácil detectar a la persona adecuada para ese momento de la vida. Admiro a quienes tienen el argumento o la convicción para determinarlo. Otros, a veces por adelantarse a los hechos, se inclinan más al futuro y no al presente.

Esa última frase me la dijeron hace poco, como algo para corregir: adelantarse sin vivir el presente.

¿Asustar a la otra persona? Eso está a la orden de cualquier palabra, pregunta o expresión. Aunque es quizás lo que causa curiosidad, y ganas de seguir conociendo el otro sendero.

Evitar compartir el camino solo para escapar de la soledad, muchos casos he visto así. También permanecer atado a otro por miedo a no sentir más esas emociones.
Son pensamientos distintos en cada persona.

¿Quién eres? ¿Cómo hago para saber suficiente de ti y convencerme? Quizás es una etapa donde no hay que converse a sí mismo, sino que el otro te convenza. Imagino que cuando la curiosidad aparece, y quieres saber más (sin forzar las cosas), es ahí cuando ambos caminos pueden cruzarse realmente.

¿Qué tan bien la pasas? Pueden ser dos personas destinadas a encontrarse, destinadas a sentir o pensar algo más. Que a pesar de las preguntas raras, aparece de nuevo porque quiere verte, te saca una sonrisa o simplemente, te hace sentir que quiere estar ahí.

Adelantarse, es la palabra que evito. Puede ser contraproducente jugar a adivinar el futuro ¡Pasa muchas veces! Está ahí y pensamos en no asustar al otro, en no decir algo imprudente ¡Qué cosas!

Con el paso del tiempo he aprendido a decir lo que siento, a expresarlo y no darlo por hecho. A veces puede sorprender para alguien que no esté acostumbrado. Escuchar preguntas sinceras o propuestas casuales que nada llaman al compromiso. Solo salen espontáneamente y no significan nada más que el sentimiento sincero de ese momento. Puede que allí llegue la sorpresa y pensar o no si están precipitados. Eso, reconozco, a veces juega en contra.

Da curiosidad saber qué pasará en uno o dos meses “¿Estará ahí para esta fecha? ¿Lo incluyo?”
¿Quién puede culparnos? Estamos hechos para buscar compañía, y traemos una serie de emociones que nos invitan a intentarlo de nuevo a pesar de los malos ratos.

Veámos qué sucede y si es necesario seguir intentándolo.


Imagen: Google.com