lunes, 30 de diciembre de 2013

El tiempo corre

Dicen que la gente llega a nuestra vida para dejar enseñanzas, aprendizajes. Eso dicen…

Por instantes el tiempo se congelaba, se hacía eterno. Pero el reloj se empeñaba en decirme que los minutos, las horas y los días pasaban, no quise reconocerlo. 

Fui malcriada y quizás hasta egoísta, prevaleció ese no se qué de: “Vive hoy, la vida es corta. Ama, ríe y equivócate. Estamos aquí para vivir sin pensarlo demasiado”. Aún lo mantengo.

Hoy, un coctel de emociones que van más allá de las palabras. En un segundo queremos devorarnos al mundo y luego comenzamos a pensar que nos dará indigestión, mejor no comerlo tan deprisa. 

Quizá las respuestas llegan con los rayos del sol. Apenas cruzan la ventana para ver lo que queremos y cómo conseguirlo. Eso solo pasa en sueños.

Mantener el tiempo congelado, con los momentos intactos. No recuerdas que los minutos y las horas siguen avanzando, no quieres ver el reloj.

Mientras tanto, estará encerrado este egoísta sentimiento, quizás así debe ser. 
Dejemos la burbuja con el aire que le queda. Ve, camina, sé feliz porque las burbujas a los pocos segundos, desaparecen con el viento.